viernes, 31 de diciembre de 2010

POESÍA AEROLINIERA DE LA FUCKING NAVIDAD DEL 2010



Tengo un sabor raro en el paladar desde que comí esas luciérnagas,
mitad sobaco de torero, mitad vómito de espontáneo en comunión.
Aunque me limpie los dientes con agua residual de las cloacas,
Manuel Manquiña, se lo flipa en exceso de botellón.


Mis pantalones ya no arden como el culo de Bender de Futurama,
cuando con su brillo podía atravesar la cueva de Ella-Laraña,
y eso que tenemos amigos en común en Desguaces La Cabaña,
una lluvia de meteoritos en la lavadora cada vez que los lavaba.

Por mucho que me grites y me lo asegures Tintin,
el agua Lanjarón es claramente agua del grifo,
estoy tan seguro que apostaba por tus padres en Bwin,
a que acaban desnudos viendo Capitán Cavernícola e hijo.



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